sobre algún purismo castellano
sobre algún purismo castellano
(comentario sobre una carta de una profesora argentina que
opina sobre decir presidenta a una presidente)
Me llega recurrentemente este texto desde diciembre de 2007:
PARA LOS IGNORANTOS E IGNORANTAS
Carta de una Profesora con
acertadísima y lapidaria frase final.
Está escrito por una profesora de un
instituto público.
Yo no soy
víctima de la Ley Nacional de Educación.
Tengo 60 años
y he tenido la suerte de estudiar bajo unos planes educativos buenos, que
primaban el esfuerzo y la formación de los alumnos por encima de las
estadísticas de aprobados y de la propaganda política.
En jardín (así
se llamaba entonces lo que hoy es "educación infantil", mire usted)
empecé a estudiar con una cartilla que todavía recuerdo perfectamente:
la A de "araña", la E de "elefante", la I de "iglesia" la O de "ojo" y la U de "uña".
Luego, cuando eras un poco mayor, llegaba "Semillitas", un librito con poco más de 100 páginas y un montón de lecturas, no como ahora, que pagas por tres tomos llenos de dibujos que apenas traen texto.
la A de "araña", la E de "elefante", la I de "iglesia" la O de "ojo" y la U de "uña".
Luego, cuando eras un poco mayor, llegaba "Semillitas", un librito con poco más de 100 páginas y un montón de lecturas, no como ahora, que pagas por tres tomos llenos de dibujos que apenas traen texto.
Eso sí, en el
Semillitas, no había que colorear ninguna página, que para eso teníamos
cuadernos.
En Primaria estudiábamos Lengua, Matemáticas , Ciencias, no teníamos Educación Física.
En 6º de Primaria, si en un examen tenías una falta de ortografía del tipo de "b en vez de v" o cinco faltas de acentos, te bajaban y bien bajada la nota.
En Primaria estudiábamos Lengua, Matemáticas , Ciencias, no teníamos Educación Física.
En 6º de Primaria, si en un examen tenías una falta de ortografía del tipo de "b en vez de v" o cinco faltas de acentos, te bajaban y bien bajada la nota.
En
Bachillerato, estudié Historia de España, Latín, Literatura y Filosofía.
Leí El Quijote y el Lazarillo de Tormes; leí las "Coplas a la Muerte de su Padre" de Jorge Manrique, a Garcilaso, a Góngora, a Lope de Vega o a Espronceda...
Pero, sobre todo, aprendí a hablar y a escribir con corrección.
Aprendí a amar nuestra lengua, nuestra historia y nuestra cultura.
Leí El Quijote y el Lazarillo de Tormes; leí las "Coplas a la Muerte de su Padre" de Jorge Manrique, a Garcilaso, a Góngora, a Lope de Vega o a Espronceda...
Pero, sobre todo, aprendí a hablar y a escribir con corrección.
Aprendí a amar nuestra lengua, nuestra historia y nuestra cultura.
Y.. vamos con
la Gramática.
En castellano
existen los participios activos como derivado de los tiempos verbales.
El participio
activo del verbo atacar es "atacante"; el de salir es
"saliente"; el de cantar es "cantante" y el de existir,
"existente".
¿Cuál es el
del verbo ser? Es "ente", que significa "el que tiene identidad",
en definitiva "el que es". Por ello, cuando queremos nombrar a la
persona que denota capacidad de ejercer la acción que expresa el verbo, se
añade a este la terminación "ente".
Así, al que preside, se le llama "presidente" y nunca "presidenta", independientemente del género (masculino o femenino) del que realiza la acción.
Así, al que preside, se le llama "presidente" y nunca "presidenta", independientemente del género (masculino o femenino) del que realiza la acción.
De manera
análoga, se dice "capilla ardiente", no "ardienta"; se dice
"estudiante", no "estudianta"; se dice
"independiente" y no "independienta"; "paciente",
no “pacienta"; "dirigente", no dirigenta";
"residente", no "residenta”.
Y ahora, la
pregunta: nuestros políticos y muchos periodistas (hombres y mujeres, que los
hombres que ejercen el periodismo no son "periodistos"), ¿hacen mal
uso de la lengua por motivos ideológicos o por ignorancia de la Gramática de la
Lengua Española? Creo que por las dos razones. Es más, creo que la ignorancia
les lleva a aplicar patrones ideológicos y la misma aplicación automática de
esos patrones ideológicos los hace más ignorantes (a ellos y a sus seguidores).
Les propongo que pasen el mensaje a vuestros amigos y conocidos, en la esperanza de que llegue finalmente a esos ignorantes semovientes (no "ignorantas semovientas", aunque ocupen carteras ministeriales).
Les propongo que pasen el mensaje a vuestros amigos y conocidos, en la esperanza de que llegue finalmente a esos ignorantes semovientes (no "ignorantas semovientas", aunque ocupen carteras ministeriales).
Lamento haber
aguado la fiesta a un grupo de hombres que se habían asociado en defensa del
género y que habían firmado un manifiesto. Algunos de los firmantes eran: el
dentisto, el poeto, el sindicalisto, el pediatro, el pianisto, el golfisto, el
arreglisto, el funambulisto, el proyectisto, el turisto, el contratisto, el
paisajisto, el taxisto, el artisto, el periodisto, el taxidermisto, el
telefonisto, el masajisto, el gasisto, el trompetisto, el violinisto, el
maquinisto, el electricisto, el oculisto, el policío del esquino y, sobre todo,
¡el machisto!
SI ESTE ASUNTO
"NO TE DA IGUAL", PÁSALO, POR AHÍ, CON SUERTE, TERMINA HACIENDO BIEN
HASTA EN LOS MINISTERIOS. Porque no es lo mismo tener "UN CARGO
PÚBLICO" que ser "UNA CARGA PÚBLICA".
A mí no me
da igual este texto y lo celebro porque contribuye a la reflexión colectiva.
Nunca digo “presidenta”, aunque apoyo a Cristina Fernández.
Me da la
impresión que la señora que parece ser autora del texto opina más que en
defensa del castellano en crítica a CFK, y que tiene más odio por ella que amor
al idioma.
Yo soy un
poco menor, pero fui a la escuela pública también. Hice Jardín, ingresé a la
primaria cuando primero superior se convertía en segundo grado y leí en la
secundaria las mismas obras españolas que cita. Las disfruté, y todavía
recuerdo de memoria aquel romance que empieza “¡Afuera, afuera, Rodrigo …!”.
Jamás me explicaron ni enseñaron lo del participio activo. No es cierto que sea
una regla de nuestro idioma ni que lo postule –con su relativa autoridad- la
RAE.
Es cierto
que existe en otras lenguas, y que tiene alguna presencia en el origen de la
nuestra, y en el de ciertos verbos.
La acerbidad
del comentario y sus conocimientos de lenguas son al menos tan relativos como
la pretensión de imponer “presidenta”. Y con espíritu mucho más mezquino, de
vuelo bajo.
El idioma,
han dicho muchos, y entre otros Borges y Sábato, no se construye a designio ni
se congela en el tiempo ni se dirige desde una silla en Madrid. Yo valoro a
Isabel cuando encargó a Nebrija la Gramática, pero no creo que eso tenga la
validez universal del teorema de Pitágoras. Por eso el idioma cambia desde Don
Juan Manuel a Jorge Manrique, desde El Cid al Quijote, y desde Quevedo a
Machado. Y seguirá cambiando. Por eso los americanismos.
De
adolescente hubiese imaginado a la autora del comentario tan “leida” como “mal
culiada”. Comentario machista, este último, que me pone a salvo de que me
tilden de feminista “à outrance”.
Y de viejo
me llamó la atención que supuestas señoras como la de la carta, que se
escandalizan y alegan deformación cultural ante el vocablo presidenta, utilizan
regularmente y con placer la palabra sirvienta, que resultaría corrupción de
sirviente.
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Más tarde encontré que
el texto que circula entre los supuestos cultos argentinos no es sino
una copia de otro de circulación en la península Ibérica, copiado y apenas
adaptado para criticar a Cristina Fernández.
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