Modifican decreto reglamentario de la Ley de Defensa - MUCHO GRE GRE PARA DECIR GREGORIO

El gobierno anarco capitalista ha dictado dos decretos, 1107/24 y 1112/24, y derogado el decreto 
727/2006, reglamentario de la Ley 23.554 de Defensa Nacional.

En sus fundamentos invoca dos argumentaciones como justificación, que distan de ser novedosas. Son explicaciones o para públicos muy ajenos a la cuestión, o para otros que, conociendo de la materia, juzguen sin embargo sólo por previa convicción ideológica y adhesión partidista, con poco apego por los hechos.

Una línea argumental es que en 2006 y por sesgo ideológico ingenuo y antimilitar el gobierno populista contrarió la Ley de Defensa al limitar el tipo de amenaza a prevenir, conjurar y repeler; estableciendo que debía ser una amenaza militar estatal extranjera, cuando la ley dice militar extranjera. Cualquiera que razone con rudimentos lógicos advertirá que acotar y definir el objeto no viola la ley ni la contraría. En todo caso podrá discutirse si es pertinente acotarla de ese modo o de cuál, y por qué.

El otro argumento es que las cosas han cambiado y que ahora existen el ciberespacio, los satélites, la inteligencia artificial y la robótica aplicada a la guerra, y que las guerras se han vuelto asimétricas primero y luego híbridas, y que por tanto es difícil distinguir el afuera del adentro, y por eso las fronteras entre seguridad y defensa se borran. Esta tiene ropaje un poco más modernista que la anterior, y nos interpela: ¿dónde queda el ciberespacio, eh?  

En vez de estudiar para definirlo, investigar para precisar, simplifica borrando y mezclando.  Se ha dicho que “todo problema complejo tiene una solución simple y plausible, que está equivocada”, y el gobierno libertarista lo hace rito y escuela.

Las dos argumentaciones vienen siendo volcadas con profusión y desde tiempo por EEUU en encuentros y canales hemisféricos. No hace falta historiar en estas líneas la secuencia de la doctrina de la seguridad nacional, las small forces y las nuevas amenazas ya no tan nuevas del narcotráfico, el crimen trasnacional y el terrorismo.

Desde hace demasiado tiempo se viene presionando para que nuestras FFAA no se dediquen a defender los intereses soberanos del país. El desfinanciamiento es un vector concurrente, y otros son la distorsión de objetivos para sacarlas de foco, y la policialización velada y gradual.

La subejecución presupuestaria y la suspensión de la Ley del Fondo Nacional de la Defensa, así como la reducción de efectivos y de horas de adiestramiento van por un andarivel paralelo. 

Con los recientes decretos avanzan en la confusión de roles y en la delegación a los funcionarios de los ministerios de Seguridad y Defensa el avanzar sobre ese reordenamiento.

De lo que se invoca como faltante, el decreto no incorpora nada que no estuviera contemplado para instrumentarse, todo podía hacerse dictando resoluciones y –aún- otros decretos. No es que libera de ataduras para cumplir la misión, sino que delega para que se proponga e instrumente. Y lo hace sin definiciones precisas. Favorece la confusión de límites y la mezcla de roles preconizada. No es que estemos hablando de borrachines, pero recordemos aquel dicho popular sobre tomar alcohol de que lo que hace mal es la mezcla.

Presenta como logro innovador abordar la ciberdefensa, aunque el propio decreto en sus fundamentos detalle antecedentes normativos de más de una década, por vía de disposiciones, resoluciones y decretos. Ninguna capacidad es habilitada por el decreto, salvo cortinas de humo y coartadas para desviar recursos en pos de objetivos inciertos.

Se contradicen, ya que además de desfinanciar y abortar el desarrollo autónomo, lo único que han hecho en un año es disponer la venta del Centro de Ciberdefensa ubicado en Puerto Madero. Declaman objetivos estratégicos mientras priorizan negocios inmobiliarios desde la AABE entregada en administración a quien alojara al presidente en campaña, al presidente electo y al Presidente demorado en mudarse a Olivos. La construcción del CCC no es obsoleta, ni readaptada. Se trata de un proyecto cuya arquitectura y cuyo diseño de redes fue concebido y ejecutado entre 2013 y 2015 por las propias Fuerzas Armadas según sus planes y objetivos. Al igual que la red de fibra óptica de la defensa, que se administra desde allí y enlaza los principales centros de la jurisdicción y los conecta con los de ARSAT en Benavídez. Entre las frases que se atribuyen a Talleyrand está aquella de que “la palabra fue dada al hombre para disfrazar su pensamiento”. Esa frase también le cabe al gobierno liberticida, aunque en el campo se lo compararía más bien con esos teritos que gritan por un lado mientras ponen sus huevitos por otro.

Lo más probable es que el efecto del decreto en el corto plazo sea reforzar el mando de Bullrich sobre Petris, y que eso se traslade al funcionamiento  de coordinación entre las Fuerzas. Que replieguen personal de seguridad del control de fronteras, ríos y lagos, para afectarlos a la represión interna; que atiendan con personal militar en tareas policiales las necesidades de empresas multinacionales extractivistas; y que al haber eliminado el plan de recategorización salarial que estaba en marcha para las FFAA durante el anterior gobierno, terminen estableciendo un paliativo para quien quiera migrar de fuerza o algún suplemento no remunerativo para desplegarse en alguna de estas tareas. Ese camino de policialización gradual y por goteo desvirtuaría y sacaría de foco a las FFAA, y puede darse una especie de remake extendida con algún parecido a la convocatoria hecha cuando la creación de la policía porteña.

Por otra parte, las apelaciones a nuevas tecnologías y la necesidad de combatir al terrorismo, servirán de coartada para otra operación de desconfiguración y dislocación de las Fuerzas Armadas respecto de sus objetivos nacionales.

Conociendo los bueyes con que se ara, es de imaginar capacitaciones y formación en Israel y EEUU para servir a estrategias ajenas al país; y en cuanto a los sistemas de armas de nuevas tecnologías fomentarán compras enlatadas con menor control cuanto más duales.

Hemos visto en los últimos meses como, entre las sobreactuaciones ministeriales de remoción de mandos militares, han filtrado y difundido acusaciones entre ellos sobre la participación de efectivos en tareas de inteligencia en favor de ciertas empresas extranjeras contra otras sobre quiénes actúan sobre yacimientos de litio.

Sobre el final el decreto menciona

ARTÍCULO 20.- El MINISTERIO DE DEFENSA elaborará un “Proyecto de Directiva de Política de Defensa Nacional” que reemplazará a la “Directiva de Política de Defensa Nacional (DPDN)” y sus actualizaciones aprobadas por los Decretos Nros. 1714/09, 2645/14 y 457/21 y un Proyecto para establecer un nuevo “Ciclo de Planeamiento de la Defensa Nacional” que reemplazará al aprobado por el Decreto N° 1729/07.

No hace falta ordenar en un decreto que se elabore otro, pero se indica aquí cambiar el ciclo de planeamiento y una nueva DPDN. Si la DPDN debe actualizarse cada cuatro años, en agosto de 2025 ya sería el tiempo, con lo que otra vez, se escribe con aire de importancia lo obvio y lo que está hecho. Que no les pase como a aquellos cantores que mentaba Fierro, que sin largar se cansaban en partidas.

Cuando el artículo 20 repasa las actualizaciones de la DPDN se soslaya en buena lógica la del año 2018. Aquella que no se elaboró en el M. de Defensa sino que se envió por GDE desde Asuntos Estratégicos y así se aprobó. En esa estaba ausente como amenaza la presencia inglesa en Malvinas y su proyección marítima y antártica, mientras se planteaba como principal amenaza regional a Venezuela.  Allí se preconizaba reducir las FFAA y vender cuarteles, campos, bases aéreas y navales. Aguad la explicaba diciendo que ya no eran tiempos de ejércitos pesados de tanques y de cañones, que ya no había guerras convencionales, y que había que concentrarse en pocas unidades ágiles y modernas; y que había que reducir efectivos. Cosas que ya hicieron y sobre la que vuelven.

Vaya este ayuda memoria

MINISTERIO DE DEFENSA - Decreto 703/2018 - 30/07/2018

CAPÍTULO l. Apreciación del Escenario Global y Regional. Diagnóstico Regional

Este desarrollo histórico se ha visto deteriorado significativamente en los últimos años producto de la crisis que atraviesa la REPÚBLICA BOLlVARIANA DE VENEZUELA. El gobierno venezolano persiste en sus esfuerzos por consolidar un régimen autoritario que viola de manera sistemática las libertades fundamentales y los derechos políticos de sus ciudadanos. La crisis política, humanitaria, social y sanitaria que atraviesa la REPÚBLICA BOLlVARIANA DE VENEZUELA atenta contra la consolidación de la zona de paz sudamericana, dado que afecta negativamente la estabilidad de la región, especialmente la de los países vecinos. Estos últimos enfrentan un creciente flujo de refugiados que impacta sobre las economías limítrofes; generando condiciones propicias para la criminalidad organizada y el narcotráfico, y produciendo un efecto derrame hacia el resto de la región que debilita su gobernanza.

Desafíos

c. El Atlántico Sur y las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur

La REPÚBLICA ARGENTINA mantiene su reclamo de soberanía sobre las ISLAS MALVINAS, GEORGIAS DEL SUR Y SÁNDWICH DEL SUR y sus espacios marítimos e insulares. La reciente mejora en la relación con el REINO UNIDO DE GRAN BRETAÑA E IRLANDA DEL NORTE contribuye al logro de este objetivo nacional irrenunciable, ya que favorece un espacio de oportunidad para incrementar la cooperación bilateral y promueve el interés nacional de preservar y explotar los recursos naturales allí existentes.

CAPÍTULO III.

Prioridades y lineamientos para la reforma del Sistema de Defensa Nacional

3. Apoyo a la política exterior

f. El MINISTERIO DE DEFENSA deberá elaborar un plan de racionalización del despliegue de las agregadurías militares, en concordancia con los objetivos de la política exterior de la REPÚBLICA ARGENTINA.

II. Instrucciones para la Reforma del Sistema de Defensa Nacional

Las organizaciones y capacidades del Sistema de Defensa Nacional no involucradas en tareas prioritarias y responsabilidades en tiempo de paz deberán reducir sus estructuras de personal. Dichas organizaciones deberán mantener, actualizar y desarrollar el conocimiento necesario para desempeñar sus funciones en tiempos de paz con un mínimo de personal altamente capacitado, al óptimo nivel de alistamiento. Asimismo, frente a situaciones de crisis o cambios en el contexto estratégico, deberán contar con la capacidad de incrementar su tamaño mediante la incorporación planificada de reservas.

1. Despliegue militar

El plan de reestructuración del Instrumento Militar adecuará el despliegue territorial a las necesidades de la actual coyuntura estratégica y las exigencias de su preparación para el empleo, abandonando el criterio de 'ocupación territorial'. Asignará prioridad al alistamiento de organizaciones operativas completas y a la eficiencia del funcionamiento de las guarniciones, con el propósito de incrementar el alistamiento, flexibilidad, movilidad y capacidad de despliegue. La concentración de unidades de maniobra con sus apoyos considerará la cercanía a campos de adiestramiento, las características del ambiente geográfico para su potencial empleo y la disponibilidad de facilidades logísticas para sostener su funcionamiento.

El MINISTERIO DE DEFENSA deberá elevar para consideración del PODER EJECUTIVO NACIONAL un listado de instalaciones no necesarias desde el punto de vista de la Defensa Nacional. Las propuestas de cierre y/o apertura de instalaciones militares deberán ser acompañadas de un diagnóstico relativo a su impacto.

9. Estructura de las FUERZAS ARMADAS y del ESTADO MAYOR CONJUNTO

… Esta restructuración tendrá como objetivo primario que las FUERZAS ARMADAS estén en condiciones de cumplir su función conforme los criterios de eficiencia, eficacia, calidad y transparencia institucional. El plan considerará la supresión de comandos intermedios carentes de finalidad práctica, la reducción de las estructuras administrativas de las fuerzas, el fortalecimiento del accionar militar conjunto y el aprovechamiento de las nuevas tecnologías de comunicación e información.

 

Cuando dictaron aquella DPDN de 2018, derogada a comienzos de 2020, escribí lo que sigue:

Si la diferenciación de roles entre defensa nacional y seguridad interior es una rémora del pasado, un concepto arcaico y superado, ¿por qué los EEUU mantienen su clara delimitación entre fuerzas armadas y policías? ¿Por qué los EEUU no hacen lo que prescriben y por qué sus fuerzas armadas no se dedican a las nuevas amenazas? ¿Son las nuevas amenazas de los EEUU nuestras nuevas amenazas y son los suyos nuestros objetivos estratégicos?

No hace falta detallar el fracaso de medio siglo de guerra contra las drogas, ni las graves y dolorosas consecuencias de involucrar a las Fuerzas Armadas latinoamericanas bajo la supervisión de la DEA, ni cómo Méjico –nada menos- busca salir de un atolladero que lo dejó con cientos de miles de muertos y sus FFAA desquiciadas, todo para mantener regulado el flujo a los consumidores norteamericanos.

En diciembre de 2016 el Ministro de Defensa argentino firmó un convenio con la Guardia Nacional del Estado de Georgia, EEUU, de dudosa conveniencia y vidriosos alcances, sobre cooperación ante emergencias y catástrofes, seguridad fronteriza y en estados fallidos. Es otro de los caminos del softpower, y aquélla fue la institución que los EEUU eligieron para establecer vínculos con las fuerzas armadas de los países post-soviéticos, renuentes ante sus viejos enemigos de la Guerra Fría.

Crimen trasnacional y terrorismo tienen ambigüedad suficiente para poner bajo sospecha a cualquier argentino que disguste al gobierno.

Dicen que suprimir el carácter estatal de la amenaza exterior no implica que nuestros militares vuelvan a patrullar las calles y reprimir la protesta social, fantasma que sería agitado por antimilitarismo ideológico y temores nostálgicos. Miente a sabiendas. Puede que no patrullen principalmente ni en lo inmediato, pero se habilita ahora a las FFAA a planificar, equipar, entrenar y hacer inteligencia sobre el conflicto interior. Dicen que no es para alarmarse, pero cabe hacerlo ante un gobierno cuya Ministra de Seguridad se disfraza de militar y opina sobre defensa; mete presos a un adolescente y a una interna psiquiátrica por amenazar al Presidente en su twitter; y ensalza como héroes a malos policías.

La nueva norma superpone roles entre fuerzas armadas y de seguridad (art. 24 bis). Aunque no quede muy claro, el Secretario de Asuntos Estratégicos intervendría en definir qué es un objetivo estratégico. De dudosa virtud, el ménage à trois entre Aguad, Bullrich y Pompeo agravará las confusiones, intromisiones y cruzamientos. Habrá que ver, si definen que hay que custodiar Vaca Muerta, si se inventan amenazas mapuches, se vigilan actividades gremiales, se analizan vínculos y apetencias de petroleras extranjeras como Shell, o se registran actividades sospechosas de millonarios británicos dueños de tierras, que usurpan lagos y caminos.

Para dar barniz novedoso a las nuevas amenazas que ya tienen 30 años agregan dos matices, la hibridez de la guerra y la pelea en el ciberespacio.

La hibridez traería complejidad y confusión, con el uso combinado de fuerzas regulares e irregulares. La desinformación y la aparatosa presencia militar en ofensivas limitadas e intermitentes, borrarían los contornos entre la guerra y la paz. Los conflictos híbridos implicarían esfuerzos a diferentes niveles para desestabilizar un Estado, polarizar a su sociedad, e influenciar a los principales estrategas políticos y responsables de la toma de decisiones, combinando la presión con operaciones subversivas. El agresor actuaría de forma clandestina para no asumir la responsabilidad o evitar posibles represalias. Los teóricos citan el caso de Rusia en Ucrania, pero podría pensarse en algunas actitudes de los EEUU durante la Primavera Árabe, o en su relación con países del Caribe.

¿Por qué lo invoca CAMBIEMOS? ¿Para defendernos de tales actos o para practicarlos? ¿A dónde y ante quiénes? Las menciones a Venezuela como principal amenaza en Sudamérica no parecen casuales. Prepararse para concurrir en operaciones de guerra híbrida en el este europeo o en Medio Oriente no parecen objetivos nacionales, ni tampoco hacer inteligencia en el Mar de la China. 

Con variación de algunos nombres y fechas, conserva algún parecido.

Entre los fundamentos del decreto de ahora podemos leer estas definiciones que por supuesto compartimos:

“las Fuerzas Armadas se justifican a partir de la existencia misma del ESTADO NACIONAL”

es responsabilidad del PODER EJECUTIVO NACIONAL, en tanto comandante en jefe de todas las Fuerzas Armadas de la Nación, establecer los parámetros y criterios a tener en cuenta para la misión, organización y funcionamiento del Sistema de Defensa, en general, y de las Fuerzas Armadas, en particular, para que se constituyan en un instrumento válido de disuasión y de acción efectiva, de acuerdo con la apreciación y la percepción de amenazas a los intereses de la Nación y sus correspondientes riesgos presentes y futuros.”

¿Cómo se relacionan estas definiciones para la identificación y el anticipo de amenazas con declaraciones como Amo ser el topo dentro del Estado, yo soy el que destruye el Estado desde adentro?

¿Los Fondos Buitre y empresas como Cambridge Analytica, que declararon interferir en el proceso electoral argentino y en su política a fin de asegurarse el cobro de sus tramoyas financieras, serían objeto de seguimiento como amenazas a la integridad nacional?

También leemos en el decreto -y coincidimos- que “no debe delegarse en ningún sistema de seguridad supranacional, dado que nadie puede garantizar y preservar los intereses del país mejor que el propio ESTADO NACIONAL”. Una lástima que se les pasara por alto al hablar en Ushuaia, cuando prometían a la Generala lo que ni siquiera ella les pedía.

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