catástrofes de la memoria y del olvido
catástrofes de la memoria y del olvido
“… sepan que olvidar lo malo /
también es tener memoria” (Martín Fierro)
Tras una erupción volcánica,
un tsunami, una inundación o una gran explosión por accidente producido por el
hombre, las poblaciones afectadas quedan conmocionadas.
Impactadas por el
fenómeno y por sus consecuencias esas sociedades cambian sus hábitos,
estremecidas por el recuerdo infausto.
Expertos en sociología de las
catástrofes señalan que tras cinco o seis años esas mismas poblaciones retoman su
ritmo de vida anterior, olvidando la vivencia que las traumatizó. Sería un
mecanismo de negación social atávico de nuestra especie, una suerte de olvidar
lo malo para no quedar paralizados, para no quedar prisioneros del temor bajo
el agobio aplastante de un recuerdo pesaroso. Una herramienta evolutiva que habría
permitido a las comunidades de homínidos empezar de nuevo con ánimo despejado,
aún a costa de perder alguna experiencia colectiva. Una renovación emocional
que, como contrapartida, la horda paga borrando una cuota de
racionalidad y estadística de su propia memoria social.
Para evitar ese olvido, en “países
serios" como el Reino de Holanda enseñan, advierten y machacan,
cotidianamente y por siglos, sobre la fragilidad de los diques de los que
depende su existencia. Para no acostumbrarse, para no dormirse, para estar
siempre alertas.
Quizás esta pauta de conducta
de los monos antropoides que somos tenga su equivalencia o su correlato ante
las catástrofes políticas. Y quizás lo que a veces parece una suficiencia presuntuosa
en el desprecio y la ignorancia por la historia no sea mera imbecilidad, sino
parte de aquel mecanismo negador.
Cultivar la memoria histórica
equivaldría a esa concientización que despliegan los holandeses.
Allí resultaría criminal
cierto tipo de periodista picasesos que fomenta el individualismo. Sería un
reputado tonto, de potencial criminal, un ciudadano que dijera "yo no le debo nada a nadie, todo me lo
gano solo y no dependo de la historia, del esfuerzo ni del destino de la
comunidad", comunidad que concibió, construyó y mantiene los diques.
O
al menos tendría que volverse un avezado nadador en aguas frías, procelosas y turbulentas.
“los pueblos que
olvidan su historia se condenan a repetirla”
para volver a ver Pluto en Holanda, de Disney:
https://www.dailymotion.com/video/x3s8y7a
Es un final ya muy visto
en todo este continente,
y sin embargo la gente
no quiere verse en la copia:
aprende en cabeza propia
quien no aprende en la de
enfrente.
. . .
Les he dicho todo esto
pero pienso que pa’ nada,
porque a la gente azonzada
no la curan los consejos:
cuando muere el zonzo viejo
queda la zonza preñada.
(Arturo Jauretche, 1935, El Paso de los Libres)
¿Tronco o cocodrilo?
https://youtu.be/Y1RUPrCbwgg?si=w9qh62NQFYwOWwtv ok
·Excelente apreciacion. Lo vemos despues de años de asistir a personas afectadas por inundaciones o catastrofes de distinto tipo. tambien dependera de la capacidad de resiliencia de cada persona, grupo.Y del papel de las instituciones al respecto. Enrique Stein
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