Sergio A. Rossi

NIHIL NOVUM SUB SOLE Hace más de un siglo Manuel Carlés y otros oligarcas fundaron la Liga Patriótica Argentina, banda parapolicial extremista que reclutaba jóvenes paquetes (niños ricos o con aspiraciones) con una ideología que mezclaba nacionalismo católico, racismo antijudío, odio al sindicalismo, crítica feroz al socialismo, al anarquismo y al comunismo –maximalistas-, simpatías con los nuevos fascismos europeos, y que eran . . .  ¡¡feroces liberales en lo económico!! Se proclamaban misioneros y buscaban adoctrinar obreros para contrarrestar la influencia que atribuían a la propaganda de anarquistas, comunistas y socialistas. Y también, para reforzar esa prédica, actuaron como grupo de choque patronal perpetrando violencias y asesinatos de obreros cuando la Semana Trágica de 1919 en Buenos Aires y las huelgas de la Patagonia en 1922. En medio de la represión antiobrera atacaban a quienes suponían "rojos" izquierdistas, así como a inmigrantes y pequeños comerciantes del ba...

Que sea un vivo, un títere, un idiota o un mal bicho, que ande o no con la hermana, que duerma con su perro mugriento, que no se bañe y use peluca, que sea petiso o tenga papada, todo eso es irrelevante y no hay que perder tiempo en dilucidarlo. Lo relevante son las políticas que lleva adelante, ruinosas todas para el pueblo y la Nación Argentina. ¿Qué porque está loquito y resentido es que hace lo que hace? No. Realiza esas políticas porque es instrumento de grandes oligarcas y corporaciones trasnacionales. No hay que dejar que el títere haga perder de vista la representación, los hilos y quién los mueve. Quedarse en lo anecdótico –aun siendo cierto- no explica la realidad y no sirve estratégicamente para construir una voluntad colectiva en contrario. Sin Steve Bannons y CambridgeAnalyticas no hay loquitos exitosos, hay loquitos sueltos, en el loquero, o en el rincón más aislado del bar del club.

Que el juicio y castigo por la dictadura se limitara a los militares alienta estas acciones para debilitar la Democracia, violentar la República y entregar la Nación. Los objetivos del Proceso del 76 impregnaron a jueces, empresarios, ideólogos y periodistas de entonces, cómplices y mandantes del brazo militar, que se continúan en estos de ahora exacerbados tras el fantoche de verba inflamada, modales obscenos y gestos grotescos. Ahí están, esos son los grandes ladrones y los verdaderos parásitos de la argentinidad, siempre en favor del privilegio, siempre contra el interés patrio, aliados y dependientes del imperialismo yanqui, en cualquiera de sus variantes exportables. Nada bueno puede esperarse de esta gente, y nada puede negociarse con ellos. Hay que ayudar a que se acelere el repudio social en su contra, que vendrá más temprano o más tarde. Y habrá que hacerlo construyendo futuro. Gran parte de ese futuro ha de ser de esperanza en una sociedad más justa, libre y democráti...