DE AQUELLOS POLVOS, ESTOS LODOS
Que el juicio y castigo por la dictadura se limitara a los militares alienta estas acciones para debilitar la Democracia, violentar la República y entregar la Nación.
Los objetivos del Proceso del 76 impregnaron a jueces,
empresarios, ideólogos y periodistas de entonces, cómplices y mandantes del
brazo militar, que se continúan en estos de ahora exacerbados tras el fantoche
de verba inflamada, modales obscenos y gestos grotescos.
Ahí están, esos son los grandes ladrones y los
verdaderos parásitos de la argentinidad, siempre en favor del privilegio,
siempre contra el interés patrio, aliados y dependientes del imperialismo
yanqui, en cualquiera de sus variantes exportables.
Nada bueno puede esperarse de esta gente, y nada puede
negociarse con ellos. Hay que ayudar a que se acelere el repudio social en su contra, que vendrá más temprano o más tarde. Y habrá que hacerlo construyendo futuro.
Gran parte de ese futuro ha de ser de esperanza en una
sociedad más justa, libre y democrática, en una Argentina soberana y digna en el concierto de las naciones, pero ha de contener también, ese futuro para poder
realizarse, la repulsa de esa oligarquía, la afectación de sus privilegios y
sus fortunas mal habidas, y el fin de su impunidad con el castigo no sólo moral
de sus acciones.
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